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domingo, marzo 26, 2006





No nazcas, corazón.
Entre las sombras
es más dulce el minuto.
Y las horas se entregan sin misterio,
derramándose en ojos apagados.
Se desnudan las bocas
apretándose en besos sin distancias.
Se resuelve la incógnita del mundo
sin llegar al incendio de las manos.
Es más luz tu mirada entre las sombras
y más eco tu voz sin tempestades.
No rompas, corazón,
mientras palpitas,
la dulzura de ser sólo silencio.

miércoles, marzo 15, 2006



Dice PESSOA: "Si el corazón pudiera pensar, se pararía".
En la primera página de "El libro del desasosiego" nos encontramos ya con esta descorazonadora advertencia. La lectura continúa con un desalentador camino de angustias y zozobras, aunque éstas últimas sin apenas importancia, ya que predomina el estado de parada, de continua duda sobre la vida y sobre los sentimientos. Sólo una cosa parece ser cierta: el hombre es un ser desosegado, vive en el desosiego y en él se crece. ¿Para qué luchar, entonces, por conseguir la paz con uno mismo?.

domingo, marzo 12, 2006

Llueve



La tarde me aprisiona con su abrazo de plomo,
la sensación de asfixia
comunica a mi piel ondas ardientes.
El aire es un latido que derrite
las líneas de tu cuerpo,
tus dedos silenciosos,
la curva de tus labios,
fugaces, como un beso...
De repente las nubes quieren volverse mares,
se abren negros silencios
en la humedad del cielo.
Llueve.
En mi corazón, las gotas silenciosas
emborronan tu imagen.
Durante unos segundos
todo el mundo parece desplomarse.

miércoles, marzo 01, 2006

Una mirada




Mucho más necesaria
que tu mirada fija
es tu mano en mi mano,
sosteniendo mi mundo.
Puedo ver, si me miras,
pero amo tus ojos
como un mar tempestuoso
quiere a todas sus olas.
Puedo tocar tus dedos
y aprender a nombrarte
como si fueras nuevo.
Porque tus manos tiemblan
en el suave recorte de la noche
y buscan en mi cuerpo
la salvaje dulzura del silencio.
Puedo verte:
Si tú me estás mirando
el mundo es una sombra
que apenas si nos roza.