(Obra de Manu Muniategiamdikoetxea-Arco 2006)Historias inconfesables Y 3
Después de tanto pensar en él y destrozarme los nervios con noches sin sueño, caminaba por las calles como sonámbula, absorta en mis historias interiores, en las que el mundo era de otra manera: yo tenía 15 años menos y estaba libre. Podía llamar a un chico que sabía que iba a conocer dentro de 14 años y comprobar si él tampoco tenía deberes que cumplir. Me retorcía el corazón al llegar a este punto ¿y si él estaba casado? ¿y si no vivía el mismo sueño y no me reconocía? ¿y si...?
Pero ¡qué absurdo!. Sin necesidad de irse al pasado, sin tener 15 años menos, él está casado y además tiene 2 hijos que lo llenan de ilusión, y además, felizmente ( casado)...
Por eso tenía que soñar mientras atravesaba las avenidas saltándome los semáforos, o mientras esperaba a que se pusiesen verdes y todos los coches me pitaban, o en los intervalos del trabajo, o entre los pliegues de una sonrisa dirigida no sé ni a quien... Las cosas que me invento son las únicas que me dan algo de satisfacción. Por eso, después de un año, sigo soñando.
Después de tanto pensar en él y destrozarme los nervios con noches sin sueño, caminaba por las calles como sonámbula, absorta en mis historias interiores, en las que el mundo era de otra manera: yo tenía 15 años menos y estaba libre. Podía llamar a un chico que sabía que iba a conocer dentro de 14 años y comprobar si él tampoco tenía deberes que cumplir. Me retorcía el corazón al llegar a este punto ¿y si él estaba casado? ¿y si no vivía el mismo sueño y no me reconocía? ¿y si...?
Pero ¡qué absurdo!. Sin necesidad de irse al pasado, sin tener 15 años menos, él está casado y además tiene 2 hijos que lo llenan de ilusión, y además, felizmente ( casado)...
Por eso tenía que soñar mientras atravesaba las avenidas saltándome los semáforos, o mientras esperaba a que se pusiesen verdes y todos los coches me pitaban, o en los intervalos del trabajo, o entre los pliegues de una sonrisa dirigida no sé ni a quien... Las cosas que me invento son las únicas que me dan algo de satisfacción. Por eso, después de un año, sigo soñando.
6 comentarios:
Buena literatura, sí señora. Mente privilegiada, sí señora. Tu mente está equilibrada, implica felicidad felicitad de tipo 1.
Bueno, gracias anónimo. Qué gusto tanto piropo intelectual, pero ¿Equilibrio y felicidad?.
Si tú lo dices.
Me gustaría acceder a tu página
Manu :)
Mujer, que seguir soñando despues de un año ya es bastante!!!
Pues, no dejes de soñar, no solo con el... pero de soñar, asi, a secas.
Te mando un beso grande,
y uno mas grande a tus sueños!
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