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sábado, enero 23, 2010

ASOMBRO

   ASOMBRO
No hay temblor.
Ni descanso.
El universo ruge con la impaciencia ciega
de los brazos que buscan su consuelo.
El velo de la noche se agarra a mi garganta
con el dolor esquivo de la certeza rota.
No hay descanso.
Ni asombro.
Esperaba tu risa contenida en la esquina
doblada de tus ojos.
Tengo la obligación de detenerme,
de contener tu paso,
y escuchar la enfermedad terrible del silencio.

3 comentarios:

ybris dijo...

Asombro sin miedo ni descanso.
A veces es dolor acostumbrado.
Otras el silencio contenido en que miramos.

Besos.

fgiucich dijo...

El asombro es también una forma de descubrir la vida. Abrazos.

ángel dijo...

Tanto sin lerte. Es un gusto volver a las pareces abiertas de tu casa.


Saludos, Manuela.