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sábado, abril 22, 2006

El olvido


Nunca pensó la noche
despedirse del sueño de tu risa,
ni mis manos quisieron
alejarse del hueco de tus dedos,
nunca quiso mi voz
vibrar en otros labios,
ni el olvido imposible
de tus ojos
se derramó en el hueco del silencio.
Pero llegó la sombra,
con su cuchilla fría
y cercenó las voces, y los besos.
Y las dulces caricias del otoño

fueron ecos de olvido y de recuerdos.

domingo, abril 02, 2006


Los dientes de la noche
muerden en los extremos de mi tiempo:
las horas que no pasan,
los minutos
se escurren por los pliegues del silencio,
horas llenas de ti
hasta perder tu imagen ...
No encontraré tus ojos
cuando lleguen las aguas del otoño.
No encontraré tu voz
en la boca del viento.
Será como caer,
caer sin pausa,
a las profundas fauces del olvido.
Necesito tu voz,
al menos tus palabras,
para seguir viviendo.