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miércoles, diciembre 27, 2006

Volar


El súbito temblor de tu mano en mi pecho
destruye los paréntesis de anteriores esperas.
Y tu voz, que se quiebra en el mínimo aliento,
se reduce a las sombras del instinto encendido.

Vuela tu voz de nieve entre mis ojos tímidos
y se adentra en la ciega mirada de la noche.
El páramo respira con su sangre esteparia
y se escapa la muerte entre tus labios jóvenes.

Duerme la tempestad, la salvaje tristeza
que arranca a dentelladas el sabor de tu carne.
Es la subida lenta, pero creciente incendio
de las llamas que barren la inquietud de los dedos.

El mundo es suficiente si se apoya en tu mano,
si me besa en tu boca la soledad del miedo,
si me deja que el gusto ardiente de tu piel
entre en todos mis poros como una sombra fácil.

La luz es un relámpago de pétalos de fuego,
que vive en tu mirada de quietud expectante
.
Dame tu brazo fuerte para extirpar de golpe
todos estos rincones donde mueren mis sueños.

martes, diciembre 12, 2006

Frío



Soy yo.
El mar deshilachado
rompe a golpes de ola el horizonte.
Y el frío se desmaya
sobre todos mis pasos.
Me salpica la sed de la penumbra
y busco en tu mirada
ese dolor salvaje de todos los encuentros.
Imperceptible, el sueño,
se cuela entre los pliegues de mis labios.
Yo quiero retenerte,
explicarte en mis venas,
contenerte del todo.
Pero tu voz me deja,
se aleja con el eco silencioso
de los pasos gastados.
Los ruidos que me aturden
llenan todos mis poros.
Y la exigencia cae
en el abismo roto de todas las esperas.
Descifré tus palabras:
la destrucción que llevas
corresponde a ese río
que arrasa con murmullos
lo que encuentra a su paso.
Y ya me he decidido:
Quiero estar en el centro cuando pases.

Poesia en Audio, Frío

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